sábado, 21 de abril de 2007

Otoño en nuestro jardín


Ibiscus nos alimenta desde noviembre.










Esta alóe vera trajimos desde Combarbalá, en agosto.

La desatendimos durante el viaje. Ya acá, en casa, estuvo a las puertas de la muerte. Con agua, y poco sol, de pronto vimos sus hojas cobrar turgencia, reverdecer. Un par de hojas secas y 4 remozadas, como a los 2 meses nos saludaron con agradecimiento y reproche.

Tanto más la amamos.



Nuestros tomates.

Varios han madurado. Sabrosos, aromáticos.

Esperamos que los más grandes alcancen a madurar.
Los que no: fritos a la mantequilla y pimienta.

Al salir



Achira generosa, nos saluda luminosa cada mañana.

Algo sabe su transparencia.

Algo está pasando
no en su nervadura,
¡sino en el espacio que ella crea
la luz con que trabaja!

8:25 (am), transparente, corro.